miércoles, 11 de febrero de 2009

Vete


Tibio dolor de madrugada,
larga este insomnio que ataca
los portales de mis sueños
¡Vete siguiendo los anchos caminos!
Destruye la vela,
para que encienda la luz,
para que enmarque
lo que un día fue.

¿O te sientes a gusto añicando mi psicología?

¡Vete, no hay historias para terceros en mi vida!
Justo es decir que la soledad
auspicia mi silencio.
Pero realmente
despiadado me siento
sin la fragilidad de tu recuerdo,
pero vete... no vuelvas.
Crudo es el invierno
y espesas las gotas
que se despliegan en el suelo
de mi mente.
Mis pasos pujan el abandono
como sonidos grotescos
que ejemplifican
la crueldad de ver cada noche
el oscuro entorno de mi alcoba.
Si pared a pared te encuentro
meciéndote
viendo de reojo a mi pasado.
No logro entender...
¿Si destruyes la paz o edificas tristezas?

Has hecho vagabunda mi alma,
recorriendo lo vivido,
no necesito volver
entiéndelo de una vez por todas...