sábado, 23 de enero de 2010

Carta a un amigo en procesos de reconciliación...

2 de Octubre 2009

Para vos:
Sé que tus noches ya tiene nombre.
y que los días venideros tendrán una buena excusa para vivirlos,
que los besos ya tienen su espacio comprado en los labios que parecían ajenos
Y que en realidad nunca lo fueron…
Solamente esperaban la palabra precisa
y el atrevimiento justo
ese de secuestrar la humildad en palabras
bien sabias que la metamorfosis duraría poco
convirtiéndose sus manos en las agujas de tu reloj
¡Qué prisión más bendita!
atarse a la cordura de sus besos
y alejarse de las palabras huecas de la noche.
Sé que ahí has estado
me alegra por vos,
y por el ripio de cosas que sabes,
y que no está demás
seguirle buscando el buen sazón a la soledad
que como vos y yo sabemos
ha estado en los malos y en los buenos momentos
burlándose del traspié injusto del tiempo…
que el tiempo se puso la máscara de amigo
cierto es…
que ahora los “19 días y 500 noches ya no son los que parecen”
respeto le debes a las páginas en su nombre
sus borracheras desde tu boca
sus "fitness" que nunca tuviste
sus cartas que le hiciste...
Seria justo que las mostraras en son de culpas inéditas
a la vez de recitárselas así con esa voz
de truhan literario
según las cuartillas llorosas que suplicaban
que sé yo…
quizás este momento...
Injusto contra las odas ya olvidadas
justo también es despedirse
de la poesía luctuosa
que apadrinabas
y que me dejas a cargo
a manos llenas de quejas contra el infortunio de las lagrimas
sabré consolarlas lo veras...
Siempre me sobra una que otra
historia de las que tú sabes y te las guardas
y por “Don Reservas” acallas en el baúl castrado de verdad.

No está de más decir
que los tragos que están pendientes,
siguen en pie…
porque ni vos ni yo…
estamos para el oficio de
lejanos-cercanos
sé desmedidamente que
el juego de escribir y de soñar el mismo sueño
rayado está
y que las pilas ya ni daban
para seguir el crucigrama bohemio
del trasnoche acostumbrado.
no daban ni para
otra alegría que no fuera el mismo penar
y no dejaremos a un lado la puta “razón”
que compartíamos casi siempre
discutiendo “porqués“ y “hubieras”
no me remito al hecho
de decir que somos más
de lo que fuimos.
no…
y tú bien sabes porque…
Entérate que siento alegría ajena por vos
y sé que tu mente me ha de apoyar
lo sé…
Ahora que tus páginas
lloraran por la tinta que se despide,
mientras reciben el polvo de tu buró
Ojalá no…
Y sigan tus letras
que son las mejores acompañantes
ante el sosiego.

No me resta decir
que me encontraras
ahí donde se fusilan las ilusiones
esas que te arrancan la mesura
trataremos más
Ojalá, ojalá
En hora buena a vos te digo
Que las cosas te siguan surtiendo el destino que te mereces.

Dos Abrazos, cuando más los necesites.

Wilfredo Arriola