Lo bueno de terminar
años es que te acerca cada vez más a la gente imprescindible. Los que están a
palos, a sonrisas, a proyectos a tristezas. Resumiendo: los que están. Sea como
sea pero están. Esos son los destacables. Quizás se acabe un ciclo llamado 2014
que nos dejó como siempre una procesión de cosas olvidables e inolvidables,
personas, momentos, ironías, victorias, fracasos, vergüenzas, peligros. Pero
esto es así, si uno no se sube de nuevo en la balsa nos lleva el río, el que no
perdona, en esto llamado vida. En la primera persona en quien confiar lleva
nuestro nombre. Sabremos a quién acudir y quién lo más conveniente sería ya no.
Mas todo es para bien, acá amigos no se pierde a nadie ni se descubre a nadie,
el tiempo va limpiando el camino, años que espero sean de más sabiduría que de
historias.
El porvenir es una
mezcla de lo penado y de lo vivido, la suerte será más bien una excusa de los
que no se quieren hacer cargo del presente. Que este que viene sea una versión
mejor que el anterior y sepamos estar más cerca de gente que admiramos, la vida
es muy corta para no rodearse de gente así.
Feliz año nuevo, que
tengas los abrazos necesarios para darlos y los que no, la plena satisfacción
de haberlos dado cuando pudiste haberlo hecho.
Mi total sinceridad
Wilfredo Arriola