miércoles, 31 de diciembre de 2014

Feliz Año 2015

Lo bueno de terminar años es que te acerca cada vez más a la gente imprescindible. Los que están a palos, a sonrisas, a proyectos a tristezas. Resumiendo: los que están. Sea como sea pero están. Esos son los destacables. Quizás se acabe un ciclo llamado 2014 que nos dejó como siempre una procesión de cosas olvidables e inolvidables, personas, momentos, ironías, victorias, fracasos, vergüenzas, peligros. Pero esto es así, si uno no se sube de nuevo en la balsa nos lleva el río, el que no perdona,  en esto llamado vida. En la primera persona en quien confiar lleva nuestro nombre. Sabremos a quién acudir y quién lo más conveniente sería ya no. Mas todo es para bien, acá amigos no se pierde a nadie ni se descubre a nadie, el tiempo va limpiando el camino, años que espero sean de más sabiduría que de historias.


El porvenir es una mezcla de lo penado y de lo vivido, la suerte será más bien una excusa de los que no se quieren hacer cargo del presente. Que este que viene sea una versión mejor que el anterior y sepamos estar más cerca de gente que admiramos, la vida es muy corta para no rodearse de gente así.
Feliz año nuevo, que tengas los abrazos necesarios para darlos y los que no, la plena satisfacción de haberlos dado cuando pudiste haberlo hecho. 

Mi total sinceridad
Wilfredo Arriola

  

sábado, 27 de diciembre de 2014

Es importante que se conozca la literatura salvadoreña. Entrevista a Jesús Visor (Chus Visor)



Durante una visita a El Salvador el año pasado, se tuvo la oportunidad de conversar con el conocido editor, antólogo y literato español Jesús (Chus) Visor. La poesía salvadoreña, los reconocimientos literarios y la importancia de divulgar la poesía hispanoamericana fueron algunos de los temas abordados con este importante hombre de las letras españolas.

1-Don Jesús Visor, esta antología es presentada como la más representativa del siglo XX de la poesía salvadoreña, antes ya había hecho un trabajo sobre Nicaragua, ¿por qué acercar esta literatura a más personas?

—Esta es una antología enmarcada dentro de las colecciones de Editorial Visor, donde se sacan antologías de los poetas del siglo XX de Hispanoamérica, a El Salvador le ha tocado en este momento, ahora yo creo que la poesía hispanoamericana es muy poco conocida fuera de cada uno de los países, por ejemplo acá no conocéis la poesía de México, la de Argentina y en Argentina no conocen la de Bolivia. 


2-Pero ahora con las nuevas tecnologías se están dando estos acercamientos, por ejemplo aquí hay personas que siguen a Benjamín Prado más que a los autores salvadoreños

—Bueno pero yo creo que son excepciones, cuando tú conoces la literatura por internet es un poco desordenado, hay demasiado sistema y control. -

3-¿Será que esta antología más allá de ser realmente representativa de la poesía salvadoreña del siglo XX sea solo una muestra?

—Bueno las antologías es muy difícil hacerlas a gusto de todos, yo soy muy exigente con las antologías, lo primero que pido es que estén representadas todas las tendencias. 

4-Por qué hay muchos poetas de la guerra que no aparecen en la antología, ¿existió algún criterio para que no estuviesen presentes? —Criterio para eso no hay, no sé por qué el antólogo

—En este caso Fernando Valverde— no los ha puesto, pero que haya un criterio para no poner a alguien es algo a lo que me opongo. 

5- ¿Habría en esta antología una representación de escuelas?

—Las escuelas son representativas en la cultura, obviamente hay escuelas que no son representativas en la literatura de los países, eso depende del antólogo.

6-Esta publicación (la antología) y la publicación de Jorge Galán ¿Son un preámbulo o una apertura hacia el material salvadoreño en el mercado español?

—Es importante que les conozcan, yo lo que pido en una antología es que los poetas estén por lo que representan y que el lector que no les conozca les pueda conocer,  para que los lectores que hay en España, México o Argentina puedan leerlos  y vean qué poeta les interesa más.

7-En esta antología encontramos a un poeta que fue parte de las FPL, nos parece curiosa su inclusión porque en El Salvador por lo menos en el pasado publicar a estos autores era para morir, pero ahora viene Visor y los publica, ¿hay algún motivo especial para publicarlos hoy?

—Motivo que no sea literario no hay, no permito que haya motivo para excluir a nadie de las antologías.


8-No, le explico mejor, mi pregunta va orientada al porqué se han incluido estos autores, Visor incluso al principio publicaba autores de izquierda hoy la situación ha cambiado es todo un poco más abierto

—Las cosas cambian, aunque la izquierda siempre ha sido primordial, yo cuando empecé a editar eran casi todos poetas vanguardistas, a mí me gustaban mucho los poetas vanguardistas pero llega el momento en que tienes que cambiar no vas a pasar toda la vida editando autores vanguardistas. 

9- ¿Qué opinión se ha formado de la literatura salvadoreña?

—Yo la literatura salvadoreña no la conozco lo suficiente como para dar una opinión, la puedo dar en España, aquí todos saben más que yo. La poesía de El Salvador en España no es tan conocida como para que yo venga de Madrid a deciros mi opinión.



10-¿Algún autor en especial que la haya llamado la atención  dentro de esta antología?

 —Roque Dalton porque es un poeta imprescindible y muy internacional desde hace muchos años. 


11- ¿Habrá alguna publicación de Visor sobre El Salvador en un futuro?

—Claribel Alegría y Jorge Galán, aunque hace treinta años edité una antología de poetas que hizo Claribel y Julio Cortázar. -

12- ¿Qué pensamientos vienen a su cabeza por el reconocimiento Honoris Causa que le será entregado en El Salvador?

—Un honor enorme, yo estaba en la piscina con mi nieto y sonó el teléfono con mucha insistencia, y bueno me preguntaron si aceptaba y dije que sí, te comento que hay muchos reconocimientos que no he aceptado pero este sí y ahora estoy muy contento. 

13- ¿Qué se lleva de El Salvador, de su capital etc.?

 —Me llevo una impresión maravillosa, un país increíble. 



Wilfredo Arriola es poeta, coordinador editorial de Ediciones La Fragua, y colaborador de la Revista Biblioteca Islámica y del suplemento cultural Tres Mil. Esta entrevista fue publicada de forma impresa por el suplemento cultural Tres Mil bajo la coordinación de Mauricio Vallejo Márquez.



 Enlace de la Revista Biblioteca Islámica Entrevista a Jesús Visor por Wilfredo Arriola

lunes, 22 de diciembre de 2014

El poeta tiene esa capacidad de asombro, es una brasa misteriosa -Entrevista al poeta André Cruchaga

André Cruchaga nació en Chalatenango, El Salvador, 1957. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Educación, además de ser profesor de humanidades. Ha desempeñado la función de docente en Educación Básica y Superior. Es ganador de muchos premios literarios nacionales y finalista en certámenes extranjeros. Es autor de los libros: Oscuridad sin fecha, Enigma del tiempo, Viajar de la Ceniza, Rumor de pájaros, Querencia del follaje entre muchos otros más, es incluido en antologías nacionales e internaciones. Poeta y escritor con una de las voces más representativas de los últimos tiempos en El Salvador. Sus reconocidas obras han recorrido el mundo a tono firme de su indiscutible calidad, traducido a enumerarles idiomas: francés, euskera, catalán, holandés y recientemente al rumano por la prestigiosa poeta y traductora Elisabeta Botan con su libro “Post Escriptum” (después del escrito o posdata). Se le ha estigmatizado de poeta intimista y muchos adjetivos más. Sin embargo, Cruchaga, André, poeta o como se le quiera llamar tiene una identidad poética con un asombro digno solo de los grandes literatos. Puntual y suspicaz, amante de la soledad donde talla a fina puntada cada palabra puesta en escena que lo representa a él y a su poesía. Todavía sigue en la búsqueda austera del silencio, componente imprescindible de sus versos. Ligado a la filosofía, dotado como el mismo puntualiza a lo largo de nuestro encuentro, de tres elementos con hermandad: pensamiento, inteligencia y duda. Su obra es una extensa variedad entre la sabiduría, vida y cultura que ha sabido cargar y que deposita en su poesía para hacer cíclico el conocimiento. En esta oportunidad de conversación el poeta Cruchaga mostró sus valoraciones acerca de la poesía y la vida.
P-¿De qué está más cerca la poesía, del dolor o de la felicidad?
R-Mi opinión personal, del dolor. El artista feliz pocas veces produce: se le va el tiempo contemplando la felicidad que, además, es una condición efímera en el ser humano. Implica una conquista diaria permanente. Las grandes obras, y me refiero a cualesquiera de las ramas del arte, siempre han surgido de los desasosiegos. Y esto parece ser así desde que tenemos noción de la literatura. Desde luego esto no es una norma. Yo nunca he escrito un poema a la felicidad, quizá por mi acendrado existencialismo, lo cual no significa que sea un poeta desesperanzado. Más allá de estas digresiones, me hacés recordar a Neruda cuando dice que “Un poeta debe ser un profesor de esperanza”.

P-¿Ser poeta es un accidente o una vocación?
R-Mira, la pregunta es un poco compleja. Recuerdo que don Luisito Gallegos Valdés, el doctor Waldo Chávez Velasco y el filólogo español Pere Bessó, me lo confirman: hay al menos dos ingredientes necesarios en este menester: una experiencia de vida y de cultura. La sola propensión a la escritura no dice mayor cosa. Y en cuanto a si es un accidente, lo más probable es que se termina accidentado. La lectura es importante, no solo como cultura general, sino como ingrediente formativo: la vocación es un impulso, pero cada quien está obligado a forjar su propio estilo, es decir, que llegado a un punto de su trayectoria sea reconocible e inconfundible respecto de otras escrituras. Yo me di a la tarea, por ejemplo, de releer a los surrealistas franceses y catalanes que es con quienes me siento muy a gusto, incluyendo algunos suramericanos.

P-¿Usted ha confundido alguna vez, poemas con traiciones?
R-La verdad, no sé a qué exactamente te refieres con este planteamiento. Habrá quienes se valgan de la poesía para hacer traiciones o quizá a la inversa. Yo prefiero no transitar por este sendero: las modas. A menudo se denosta a quien no se plega a consignas; pero cuando uno está consciente de lo que debe hacer, no hay trompetas que derriben a Jericó.
P-¿Para que escribe André Cruchaga?
R-Para no dejarme morir. Siempre dejo que mis ojos se asombren. Escribo para decir lo que siento y pienso. Dejo que caiga sobre mí la lluvia, luego la desafío inevitablemente. Escribo para vivir todos los días y lo hago ante la sordidez o la blancura. En mi lugar espiritual, desde el cual escribo, solo hay espacio para la escritura.
P-¿Las mentiras tienen alguna forma de perdón?
R-Tampoco sé a qué te refieres con esta pregunta desde el punto de vista de la poesía. En todo caso supongo que sí, cuando se desvela esa mentira. Además, uno no puede estar guardando resentimientos, porque entonces, es como que estés alimentado a tu adversario.
P-¿En el silencio siempre hay una verdad oculta?
R-Supongo que sí. Y fíjate, curiosamente tengo un poemario intitulado “Lectura del silencio”, que escribí allá por el 2009, prologado por mi amigo el escritor gaditano Luis García Gil, biógrafo por lo demás, de Joan Manuel Serrat. Son poemas de aliento trágico, cercamos al pensamiento de don Miguel de Unamuno. De todas formas, el trabajo del poeta es íntimo. El concepto es delicado y da pie para múltiples respuestas. No puede entenderse –al menos como lo concibo— para ocultar acciones nefastas. Si bien vivimos tiempos sumamente difíciles; tampoco puede ser mecanismo de aislamiento, ni puede ser oposición dialéctica para el ocultamiento.
P- ¿Habrá algo mejor que ganar en la vida?
R-Yo estoy convencido que sí. Pero cada quien con sus designios. Aquí como en muchas partes del planeta, uno no puede dedicarse por entero al oficio. Hay que tener un trabajo alterno. Vivimos en un mundo en donde para vivir debés tener dinero; la poesía no da para eso y más en nuestro medio. El fenómeno como tal tiene muchas explicaciones. Fíjate que la gente no lee o lee poco, no compra libros. Aun regalándoselos no los lee. Ya Sabina ha afirmado  “que la gente no lee, que los libros se pudren en las estanterías”. Y a eso le agregamos el peso que tienen las individualidades y egolatrías. Yo sueño con una institución en El Salvador como la UNEAC. Pero hay que seguir escribiendo pese a todo. “Sólo la poesía salva de la muerte”, decía Jaime Gil de Biedma. Hay que desechar de nuestras vidas la impaciencia y las intolerancias que hacen mucho daño.
P-¿Hay algo que usted no acepte en la realidad en que vivimos?
R-Desde luego es un sinfín de cosas. En el plano de lo individual, no soporto la mezquindad. En cuanto a la realidad del país, se están cambiando muchas cosas. Es necesaria la esperanza y con mayúsculas.
P-¿Sus pasiones siguen siendo las mismas a lo largo de los años?
R-Cambian porque el ser humano está inmerso en una sociedad dinámica. En poesía siempre hay una renovación de los registros poéticos.
P-Será verdad que la literatura imprescindible es la que formula las preguntas no la que da las respuestas. ¿Usted está de acuerdo con eso?
R-Algo hay de verdad en ello. Pero también yo veo que en nuestro medio existe una especie de reduccionismo. Uno no puede estar a tono con todos, so pena de sacrificar lo propio. A mí, por ejemplo, se me estigmatizó, antes, durante y después de la guerra. Los argumentos: era poeta intimista y tantos  otros adjetivos. Y hay que diferenciar lo coyuntural de lo que no es. En este sentido, y sin decir más, viví mi propio drama, mi propia angustia e inclusive sacrifiqué familia. Y pese a todo ese acontecimiento histórico, salíamos a decir nuestra palabra. Precisamente, por ello, por tu planteamiento, la poesía siempre será un ejercicio misterioso. El poeta tiene esa capacidad de asombro, es una brasa misteriosa: vislumbra, avizora. En consecuencia, el dolor, la lágrima, lo vuelven poseso de un patrimonio invaluable. La poesía insinúa; otro tipo de literatura da propuestas.
P-¿La filosofía está ligada a la poesía?
R-De esto, sin duda se ha hablado en abundancia. Si lo recuerdas fue Platón el primero en abordar esta situación. Existe hermandad entre pensamiento, inteligencia, duda. Hay un fuerte abrasamiento entre el razonamiento y el elemento creativo, concepto y metáfora, realidad y sueños. Creo que siempre habrá esa agua que moje las piedras.
P-En su última obra traducida por Elisabeta Botan “POST SCRIPTUM” ¿Ha compilado todo lo que ha querido decir?
R-No. Uno nunca queda plenamente satisfecho, porque el oficio demanda una actitud de búsqueda permanente. Ahora si te refieres el hecho de lo bilingüe, pues sí. Debo confesar que existen todavía, personas generosas en el mundo para que se den a la tarea de traducirte, caso de Elisabeta Botan, quien me ha traducido más de cien poemas; luego, Andrei Langa, Pere Bessó, etc. Para mí cada libro dice lo que tiene que decir y en este sentido sí, aunque la faena siempre continúa. Creo que es oportuno manifestar que uno debe traspasar fronteras, la poesía debe abrirse a nuevos derroteros y territorios. De lo contrario, el poeta y su poética se anquilosan.
P-¿Ha encontrado en su incansable búsqueda darle la mejor definición al silencio?
R-Sigo en la búsqueda. Confío en que un día encontraré su luz, ciego como voy de tiempo.
EL INFIERNO DE LA POESÍA
La poesía es realmente el infierno.
MARÍA ZAMBRANO
Parecido a este mundo de novela negra, la poesía se vuelve cada vez una necesidad para morir en esta realidad de contaminaciones. Más allá del aúllido de esta Sodoma, el tambor de los cementerios equivale al plato diario de comida, la ficción nos ha metido en una risa sarcástica: cada vez estamos más cerca de los patetismos que del lecho cálido de la luz. En vos, poesía, los seudónimos de la escritura, las falacias del teatro convertidas en pánico, el aliento de los pájaros chamuscados como el odio que se ha vuelto inmaculado. Como los golpes de las sombras, el infierno perturbador de la pornografía. Tengo deseos de romper el alfabeto, con el riesgo de quedarme sin palabras; de todas formas, éstas son poco útiles cuando las esquinas no son sujetas de juicios finales ni sumarios. Diógenes, aquí, en su resplandeciente miseria de lágrimas, fosforescente en la extrema virtud, sumergidos sus pies en sus aguas terrestres. En la sombra mortecina, el sol decapitado; en el diluvio, las puertas abatidas, la lluvia jadeante de lenguas petrificadas; en el filtro de los sueños, la cárcel con su rostro espiritual de colectivo, de río marginal y enfermo. Así, poesía, me metes en estos designios del amor al prójimo y la democracia, de la hipoteca del absurdo. Así, poesía, te vuelves cuerpo rabioso, sexo desabrido, desvelo orgásmico de la moral, personaje de burdel. Con todo, amo tu desnudez de bestia politizada en el mercado de pulgas, amo tu carnaval próximo al delito, amo los buenos modales de los gánsteres y sus bolsillos expansionistas.

Entrevista realizada por Wilfredo Arriola publicada en el diario Co Latino en el suplemento 3000 el día 20 de diciembre de 2014 
visita el enlace: 

lunes, 1 de diciembre de 2014

Memoria del Hielo



I

Esto es así, si no lo conservas se derrite.
No lo sabía, el descaro es un silencio con ojos rasgados.
Lo que parte esta vez es el alivio de la revelación.
Digo: ¡basta!
Y la acaricio y en su paralelo me golpeo.
He salvado a mucha gente de su soledad y eso es bueno.
Reitero.
He tratado de encontrar su moral y no he podido.
La suma de sus necesidades no se han sobrepoblado aún.
Y eso era el remedio de mi cercanía.
Me quiso para desaprender de los demás.
Para rezar su credo malintencionado
para desarmarse en la intensidad que le daba el vacío.
Y ahí estuve yo
pare creerle
para anestesiarme
para anestesiarle.  
Para hacer del siniestro el humo que deja un fuego olvidado
humo y no ardor.
Las manchas no siempre dan el testimonio de lo derramado.
Los años enseñan a aprender lo que es una alabanza
y lo contrario de una herida.
Esto es así, de pronto uno deja de ser el escotillón.
Eso, como la consigna de lo perdido.
Ruido pero no certeza.




II


Es todo por hoy, pero termino desde hace mucho tiempo ya.
Ese caudal que de pronto dejo de ser verdad.
No es ese el caso,
detrás de la distinción reposa la armadura de las cosas inútiles.
Vuelvo a la negación 
me esgrime.
Quisiera ser el entonces que no se fraguo más.
Buscar en el torrente los números impares
los engranes que no se sujetaron a aquel relieve.
Confundido
en una estación donde nunca paso el tranvía.
Es todo por hoy.
Quiero decirlo todos los días.
Que la noche me confiese. 



 III 



Apunto esto. 
Quienes renuncian a la historia generalmente
no tienen nada que ver con ella.
Todo lo soez se acumula a la hora del desastre.
No quiero rendir cuentas cuando tengo por manos
fuego cargado, balas en el tejido de mis manos.
Hojas lerdas jugando a perderse.
La noche también es un lago, lo presiento así.
Y tampoco diré más.
Un lago y nada más, si tú quieres
ponle de imágenes lo arado de nuestras tempestades.
Si no oso en ocupar el nosotros como algo propio.
Retirar las tropas, a eso debería de apostar.
La tenacidad bajo la lupa no se sabe si es a costa
de lo real o del desvarío.
Lo mío es el blasón arañado, lo personal que ya es impersonal.
Me dejas algo a pesar de lo perdido.
Me sabré cuidar de las conspiraciones,
las mías -por supuesto-, a tono de mi falsa soledad.



 IV



Damnificado. 
Eso soy cuando te veas.
En muletas y mis pasos asisten a la solvencia del daño.
El recuerdo y los alfileres -vaya cotejo-
La inocencia sin esmalte moldeó lo que creí certero.  
Recurriré a tu verdadero tono
al cemento que no pisaremos en una plaza cualquiera
esa composición será el cuerpo de lo perdido,
lo agudo será la saña.

V


Miraré por ti las huellas que no dejaras.
Seré ese modelo, la fina estampa.
La sangre en calidad de abandono de las estatuas.
No lo celebres por favor.
No al hecho de bombo y platillo
sino a la pura indiferencia
lozana y puta indiferencia.
La genética intuición del hombre
siempre antecede que el sosiego
es la inclinada manifestación digna del heroísmo.
Entiende mis lagunas.
Sé prudente
 - sopla la vela de tu moral por última vez-
Me arreglare Yo con el abuso del pronombre.
Es lo último y sirve también para decir lo primero.
Este es mi templo, la urbana tentación de todas mis vanidades
como esto atiende a ser una más
de la exquisitez de desbastar las ramas
que sobre pueblan mi figura.
La indefinición prende eso, 
mucho verano quema la estancia
mucho invierno infiltra un peso que ya no he sabido cargar.
Esencial debería de ser la palabra.



Wilfredo Arriola