viernes, 28 de mayo de 2010

Exilio Nocturno


LLevo a la noche en mi pecho
como las despedidas sonoras de tu manos
llevo cantos derramados
llevo luciernagas apagadas
besos muertos en los caminos desechos
llevo dos días que nunca sucedieron
y una luna tapando un sol.
Si las lagrimas me piden exilio
es por la palidez de mis ojos ante el desconsuelo

Llevo tu consonante adherida
las tumbadas glorias en otros espacios
cansados de mi.
Llevo al que fui, en la maleta estrecha
certificada de desvelo
la crisis pasiva, la subversiva
la eterna palabra disfrazada de horizonte

Llevo deudas sociales
para los que no les asistí
a sus insensatos bosquejos pre- nocivos
Llevo nada de tu cuerpo
ni la sal gastada,
mucho menos el sabor abolido a mis bienes
de la perpetua noche dejare:
deudas, néctares, resacas,
tres pasos para atrás…
te dejare a tí la cosmología del desamor
nada que no sea mío, nada que no viví

Me quitare la alpaca, penare mi huida
le jugare aguantar
la mala mirada a los búhos faltos de alma
ricos en espera
Mi exilio nocturno será
por esa razón de ya no ser
por dimitir de la arcilla de las estrellas
por comulgar la peregrinada alba de luto
por dormir en la acera del desconsuelo
por confesarme ante las sombras del día infinito
por aguantar la imparidad de mi cuerpo y mi ser.


Extraido de Poemario Inedito Exilio Nocturno

martes, 25 de mayo de 2010

Lluvia


Llevo una lluvia en mis manos
Atrevidas a inundarme la crisis
A ahogarme el verso
A romperme la balsa
Y si quiere Dios
Sigo cantando
El estribillo
Ese que canta
Ese que llora
El himno a voluntad de nadie
El de la mano en la dicha
El de voz cabizbaja
El de bajas intenciones
Llevo una lluvia en mis manos
Y ya la siento en mi boca
y más que en mi boca, en tu alma...

lunes, 24 de mayo de 2010

A tu correspondencia:


A tu correspondencia:

Te extrañara este cumulo de letras fingiendo comunicación, fingiendo necesidad de saber, admito que esta confesión no insinúa más que falacias en contra de la soledad, ni yo me veo escribiendo, ni a ti te imagino leyendo.

He de saber que nunca se te vino en gana leer mis escombros de ideas, ya que según tú, era una idealización para una muerte prematura en donde con oraciones mal habidas yo mismo tallaba mi ataúd, no te culpo de tus hirientes palabras en pos de mi póstuma dislexia ante la literatura. Ahora admito que nunca eh dimitido ni lo hare porque este oficio casi fascista me ah colmado las ganas y de a poco me anestesia tu silla vacía. Sigo sin saber de tu paradero, si le apuestas a la docena de cigarrillos de tal manera incendiando la poco directriz que te acompaña, ni me sumo a las consejos baratos, ni maquillo esa dejadez voluntaria que te mantenía a la cima de tu orgullo, lo entiendo, aun sabiendo que la puta manía esta ascendiendo cada vez más, como esos púberes enamorados identificados con todo y nada, así te veo, hasta en los cuerpos desnudos que se destrozan en el tiempo, con un sexo astillado de espera y con la áspera y cínica idea de tu regreso, me diluyo en cloacas, me vierto en el aire. Ya las copas fueron brindadas y no resta más seguir así, no podemos, por lo menos yo, seguir contando meses eternos, disparatándome con hubieras sentenciados realizados en ningún lado, más que los pasillos de mi mente. Que a que quiero llegar, que ya pasaron los días y esa firma de despedida parece ser real, y por donde se me asoma la vida, no hace más que jugarme malas pasadas e imaginarme en bocas ajenas que nunca fueron de nosotros, si los besos que nos quedan están en la arcaica prisión legendaria del tiempo, será mejor por el bien de nosotros destruirlos, en esta sepia despedida, que ya fue y por mi humilde osadía contra el desamor la revivo…

No estamos, a lo sumo quedan pringas de los sucedido que se instala en la parte de la reminiscencia de cada quien. Difiero y no quiero saber que esto es lo último que te escribo, pero tus hechos silenciosos me obligan a hacerme ideas, de que esto que fue ya no seguirá siendo. A tu correspondencia es esto, una carta que se leerá sola. Deseando ponerle voz a tu regreso.

El mismo de siempre.

martes, 18 de mayo de 2010

Fueron palabras…



Fueron palabras los besos de papel

Apilados en algún lado del recuerdo

Las tantas necesidades fugadas en el cansancio

Y creo que el olvido, me está tocando la verdad…

jueves, 13 de mayo de 2010

Sombras de Inviernos.



Este invierno me habla de ti
con su capa de aire
envuelve mis tímidos alientos de nostalgia
irrigando mi llanto
me circunda la pena de marchar en la calle del olvido
ya el trote está de más
no tengo coraje de seguir
ni arma para combatir.

Aquella tarde morí tanto
que reviví con lagrimas
de desesperanza
esa lagrimas que si tú las
vieras otra cosas fuera…


No está de más aclararte
que mi mirada se nubla en medio día
que baila en la sombra
de la copa que auspicia este llanto
la sombra es la oquedad de mi refugio
ahí navego en el velero tétrico de tu espera
mis manos se vuelven lánguidas
de los continuos retazos
de apretar aire sin tu presencia
si tu lo vieras, si tu lo vieras…
Seguramente te abalanzaras a la huida
puesto no estás y yo sigo estando
en este suplicio nupcial
de contraer responsabilidades con lo incierto
cierto es el momento es que te escribo
me abunda la fé
de crear una corriente de lagrimas
y que embarquen hasta tu estadía.

Mi chaqueta me sirve
de consuelo cuando esta tendida
tuerta de agonía
el otoño está pasando
me ah desojado la vida
me arrancado la paz
hay crisis en mis labios
compruébalo con estas palabras
heridas que sangrando van.


Esto y mil cosas más quiero nombrar
es que tu melodía esa que yo solía cantar
añico el tímpano de mi esperanza
desperanzada mi cama
en ella hay piedad lo sé;
por su silencio,
callada está.



Esto y mil cosas quiero nombrar
como eso que me fusilo a cada atardecer
frente el sol y su ocultar
como eso de llorar sin lagrimar
como eso de murmurar sin hablar
como eso que tu bien lo sabes y nadie más lo sabrá.


Aun creo en el pétalo que me nace de tu recuerdo
al que abono cada vez que no estás
pero tu memoria entiende de mis locuras que estrofo
de estas flechas a diestra-siniestra
de mi paño de antaño
de mi mueca de soledad.
Como te recuerdo cuando miro
sin tu ojo
y me retuerzo
en el cerco
del límite de mi mitad.

Extraido del poemario inedito
Exilio Nocturno.

Wilfredo Arriola

sábado, 8 de mayo de 2010

Epistolario en ausencia de vos




Si hago de polvos lejanos un paraíso postizo
Viene hacer por un cenicero roto y varado
Que se adiestra en las noches sin lenguaje
Y más que sin lenguaje, vano.
La veda crónica de palabras
Hace aguda la más corta noche
Aun en compañía del vino
Ni cartas, ni fotos sepias
Sustituyen tus caricias involuntarias
Léase esto como sucinto Réquiem
Más quisiera hacer y deshacerme
Verte y atascarme en tu pupila mi bien
Darte dos besos mezclados con vaivén
Así de esos, tan polémicos
Tan tuyos, tan del viento
Tan rítmicos e irónicos
Amada…. Si suspiro por nombrarte
Deja en paz mi histeria,
Que busca desnombrarte
En la oreja de una taza de café
Noches como esta
Eh matado, eh llorado
Eh dejado raudos lamentos
A medias paginas.
También te escrito…
En esa tabla invisible que nunca lees
Este epistolario ahoga angustias
Color subsuelo, danzante va mi tinta
Escribiendo esta fecha por vos
08 de mayo en algún tiempo lejano.
Fui alma de tu alma, hoy letras resentidas
Hoy menos que antes, auque siempre
Varado por tus adiós.

domingo, 2 de mayo de 2010

Enunciado del Olvido



Hay días en que las cosas pasan tal cual
el sueño se instala por las noches
se ríe hasta el cansancio
se actualizan las metas
los días esos azules al fin parecen serlo
el espejo luce de una manera diferente
vuelvo hacer el de antes
disipo las dudas de mi lejanía con la vida
y aquel cadáver que fui, resucito por arte de magia.

Más sin embargo ese humo nocivo del recuerdo regresa,
como si nunca si hubiese ido
como si se alquilo y hoy está de regreso
las semanas vuelven hacer se siete lunes
la cama se hace de hospital
la música conlleva notas luctuosas
el que era uno es un pre-póstumo
anclado a la silla de los recuerdos.
Apareciendo el recuerdo
con las letras de tu nombre
zigzagueando con balas destino a muerte
como si no le bastaron el cumulo de madrugadas
donde fui testigo obligado de los serenos
no les basto, hoy vuelve.

Olvido, vivido, sin sentido…
Por que no amarras las mortajas
de los muertos que dejas cada noche en la habitación
por que abrevias tu llegada
porque no resumes tu estadía
porque, porque…. Sin para ques…
Nunca envejeces olvido
Y a mí me están matando cada vez tus palabras…