domingo, 2 de septiembre de 2012

Esta noche



ESTA NOCHE le cante a la soledad.
Y ella me escucho.

Lagrimeé esa canción de venas hinchadas
le dije pudiente:
Era para ella. 
Como no hacerlo
con la voz de hierro sangrada.
Es extraño como me miran
las camisas huérfanas sin tu aroma,
es extraña ver la camándula rezando,
sin tus manos derramadas.

Ya no te quiero mientras cante esta canción,
de estribillo olvidado.

Mañana despertare en otra cama,
vestiré el sentimiento de samaritano
para pedirte un mendrugo de tus caricias.
Esta noche sude la inocencia
te grite dos salves maría
figurando pena.
Como reciente la cordura mi vida
si cuando estoy a tu vera
me lleno del más demente tiempo
ese de cantos tibios de madrugada.

Esta noche le cante a la soledad.
Y ella me escucho.

Sentía su aplauso,
tímido con silencio, mordaz sin gesto.
Rondo los pasillos, sin llevarme puesto
es que no soy yo, en mi cuerpo
es que eres tú, en mi tiempo.
Cobarde rompo las flores
de tu preferencia,
niego mi existencia en cada palabra abstracta,
en cada perdón pedido a nadie
en cada silla frente a mis pies doblados
en cada copa vertida sin vino.

Hoy naci muerto cantando
hoy fueron tantos días,
aun divago.

Termino estas notas
a solas 
y sin invitación.

de Intempestivo 

Wilfredo Arriola