jueves, 9 de junio de 2016

Enunciado de la ironía

Empiezo este poema y al mismo tiempo
alguien se ha arrepentido de conocerme.
Del mismo modo las pisadas de lo incontenible
tienen el mismo camino del infortunio.
Te encuentro del otro lado del puente
cuando termina la última canción
cuando llega el silencio a trastocar el ruido.

Pareciera que uno atrapa la ola que ha aprendido a marcharse.
Y hay algo de ironía
de rabia
de una impostura tildada con el miedo.

Alguien durante este poema dijo adiós para siempre y no lo ha sabido.
Alguien se acaba de enamorar y ambos no se han dado cuenta.
Alguien responde a su nombre por última vez dentro de su casa.
Alguien maneja a un aeropuerto con ánimos de tomar el camino contrario.
Alguien en cada encuentro cierra un ciclo que solo él sabe. 
Alguien envió su último texto sin preguntar ¿cómo estás?
Alguien bailaba por molestar aquella canción que no sonará más.
Alguien dice te echo de menos después de cortar una llamada. 
Una foto retratará sin saberlo la suma de tus únicos amigos.
Algo sucederá y vendrá la ironía a zarpar todo el olvido.
A bucear todos esos espacios que ya no importan.
Alguien dijo: me llamas cuando llegues a casa
pero su casa será una nueva forma de amnesia.
Vendrá lo unánime a burlarse de nuestro dedo impostor
a quedarse cuando a la fiesta le sobra el sonido de la multitud
y ya no es nada
sino un espacio devastado por los que han sabido largarse.
Ahora ¿para qué?
Me hurgas en la herida
me revuelves las fechas
me hablas al oído como se les da fuego a las velas del pastel
que conmemora una derrota.

Atizas lo que no se puede apuñar.
Sos la ironía que besa solo labios dormidos
Que abraza cuando uno exige soledad.
Sin embargo
Uno siempre vuelve a quemar cartuchos
a darse por muerto una segunda vez
a creer que la suerte es el dios de los tristes.



Wilfredo Arriola Junio/ 2016