domingo, 29 de diciembre de 2013

Carta al poeta


Quisiera esta vez decir la verdad sin derrumbar nada por delante. Que te admiro por las cosas que los demás te odian o que te aman en una manera diferente. Desde hace algún tiempo la vida y sus prejuicios te ha llenado del beso lúgubre del silencio, has venido en descendencia a razón precisa de la moral y la ética, no has abandonado tus ideales, y a eso, solo hay una manera de calificarlo: con los vitores que solo son dignos los bienaventurados. Vos estás ahí, verso tembloroso del que calla.

Te miro y el trazo de la voluntad se escribe solo, que también me he querido sentir parte de tus pesares, que le has prestado a la cínica madrugada, el apellido que nombra tu poesía. Has llorado como lloran los poetas, mirando desde adentro y escribiendo desde afuera. No me canso también de hacer el llamado diría yo “casi episcopal” a tus mujeres, a ellas: patronas de tus melancolías, vírgenes desatinadas, pecados que los permite un dios cuando esta de buenas. A ellas, que nos cobijan con la franqueza de los solos, tacones rotos en caminos desechos. Somos eso amigo.

Añado a la pena, como soundtrack IV. Sarabande de Bach, para morir en cada nota. Tomar el último poema y sentirse orgulloso de los espacios en blanco. Agitar la copa, pensar en Artaud, en Gala, La Rochefoucauld. Pensar y después acordarse del cobarde tiempo que te vio nacer, de las campanas que nos convocaron cada mañana, del café agrio a son de vapulear la garganta con tormentos. Qué pesar poeta. Verse aniquilado en los vidrios atormentados de los buses, llenos de la plasticidad juvenil y del calibrado momento en que uno calla y se reinventa, amurallando esta mística idea de nombrarlo todo en papel. No sé qué hubiéramos hecho si no hubiéramos conocido esa barca, con los mares que nos falta navegar. Esto cada día se le parece a un pésimo oxímoron, o un pleonasmo mal logrado. Y no hablamos del corazón canalla, cómplice voluntario, lleno de fechas que poco saben importar. Te pido paz y calma para ello.

En virtud clásica y desmejorada, quisiera dejar de ocupar la palabra “quisiera” porque mientras nos describimos en esta carta, lejos de querer, apremio a desistir. Mira tú, que vil nos hace rodearnos del resto, mira tú donde realmente merecemos estar. Percibo en lo venidero, no dejes de mostrar la calma bien lograda que has sabido cavar en el transcurso de los años pasados, vendrán mejores cosas, versos frescos a raíz de vendavales con un nuevo aire, ojalá te asfixie y exploten dentro del género. Yo, si me lo permites quisiera estar ahí. Intacto de lo tuyo, fehaciente como la última ola del atardecer.

Abono a lograr con mis notas un suspiro más detallado que el anterior, decirte que sobrevivir es una carga llena de vacíos, mustia y sosa. La pleitesía nos ha sabido traicionar, como los verdaderos caballeros de tu tiempo y del mío, quizás. Llevas una generación en cada ojo, y tu cabello sabe descifrar los montes que no hurgare en una tarde cualquiera.
Parece que termina el día mientras escribo, como muchas veces desinflaste el insomnio y agitaste la bandera del “nunca más”. Tu patio, impostar de un falso público lo conoce, y aquella Conapa que guarda un rencor superado.

Piensa en lo que te digo, y ponle una curita a la rabia, a la que te da cuando explota en tus ojos la vil dignidad del que traiciona. Rabia y un sismo cardiaco, como volver a recordar que sos el que observa nada más, no un juez perentorio que dictaminara a favor o en contra de tus ideales que a tesón y esfuerzo has sabido labrar. Los cimientos empiezan como lo hemos hablado a raíz tacita de las derrotas, cuantas hemos tenido, cuantas nos hace falta tener…

Me siento orgulloso de vos, y del ramillete de tenacidad al mandar tan lejos a los que te traicionaron, tan sólo con nombrar que tu oficio era de locos, más no saben que por llegar a la poesía has llegado a la vida, y a la vida por medio, pongámosle si tú quieres al inicio de la sabiduría. No me pondré fino, ni a ti te dañare la poca humildad que tienes. Dalo por hecho. (y ahora dalo por muerto) No bifurcaré al que sos, con el que creo que eres. Los amigos son el espejo roto, donde siempre uno puede verse aunque de lado y a medias, razones tenemos vos y yo; y también razones tenemos, para dejar de vernos un par de días, meses si quieres. La amistad, reitero, también conoce de espacios y de prudencia cuando se sabe, que el que quiere estar sólo, ni siquiera él está. Yo te comprendo, como cuando tachas los versos los grabas y al día siguiente, ya no te gustan, menuda autocomplacencia… hubieras sido otra cosa, menos algo tan impuntual como ser escritor, hubieras sido una estatua que es perfecta porque no se sabe quejar. 
Sos lo contrario de ellas, una revolución que morirá dentro de ti.

Terminaré a fuerza de complicidad y de augurios, espero no estés sólo o que sepan hacerle compañía a tu soledad. Tú por tu lado, llena si es posible los pequeños dorsos de facturas con versos que te asaltan en horas inconclusas, más ya no des esos pequeños papelitos con firma anómala, esos ya no sabrán volver. Escribe, desde tu trinchera, no esperes alguna publicación, sino pena ajena me dieras, vos que no te sabes vender… 

Escribe para dar en el blanco con la puntería del que te lee, solo así sabremos a que sabe la diana, en los juegos personales se sabe ganar, pero en los del corazón adicional, saber ganar, es saber reír al contando, y a eso espero le sepas apuntar. Estoy para leerte, para criticarte y si es posible para desmeritarte; para que esperes de mí, la misma tenacidad del halago si es a la inversa. Y en cuanto al amor, espero llegue aunque sea en otras denominaciones. No diré más en cuanto a lo que ya hemos platicado. No mientas para conseguir placer, no te rebajes para conseguir amor. Se tú, para que tengas lo que te mereces. No engañes por compañía, que a la hora de condenarte, entre más grande sea el tiempo, más grande será la espada que te caerá. Te bastas para la vida, sino escríbelo, seguro te amaran por tanta melancolía vertida… A lo inevitable hay que saberle besar.

Espera al silencio para saber quién eres, lo demás que no sepa a parodia de ti, ni a lastima de compasión. Te mando la compañía del que sabe esperar aun cuando ya no tengas nada que decir. Quién esté, seguro ese es tu amigo.


29 de diciembre de 2013
Wilfredo Arriola 

martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad y año nuevo


Otro año más de seguir perdonando a los que uno ama, y también de ser perdonado. Otro año a retazos, a luces de bengala y a oscuridad de cuarto. Que se fue, que se ha quedado. Algunos tiempos detenidos que no se quieren borrar, aunque las fotografías siempre mienten, porque detener el tiempo solo es asunto del recuerdo; de ese y nada más. Estamos los que aún podemos sonreír. Habría que hacer algo para no decirles a las personas que queremos que las queremos. Esconderse, morirse o sólo hacerles falta, por ejemplo. Pero esta vez las encrucijadas, los silencios, los largos silencios que los patrocina el orgullo, espero se queden atrás, y sepamos encontrarnos en las palabras de los demás, en sus ojos, en sus manos, esas que alguna vez nos han extendido su palma para decirnos «todo estará bien, aunque ambos sepamos que no será así» (quizás de eso se trate la vida, de equivocarnos para encontrar a alguien que de nuestras derrotas nos saque sonrisas y solo eso nos impulse a seguir.) Quizás de eso se trate los días, de saber encontrar con quienes valga la pena sufrir y vivir, porque para ser feliz nos haría falta dedos de las manos, y para lo contrario, nos sobrarían seis por cada una.

Otro año más que se fue, donde se gritaron goles y se lloraron para adentro, que se abrazó, que se lloró a quienes tuvieron la pésima idea de dejarnos solos e irse para el cielo a sabiendas que desde que no están, le restaron alegría con solo saber qué ya no están. Hoy los recordamos y no están pero le celebramos igual, porque el amor en la distancia te enseña a amar de otra manera, a corazón abierto a recuerdos con sonrisa y a historias que nos enseñan a ser cada día mejores personas. Quizás otro año más de olvidar a quienes ha valido la pena olvidar, ya que «en ocasiones hay que pagar un alto precio por lo que no te ha costado nada.» Y de eso se construye el porvenir, darse cuenta del espacio que dejan quienes no ocuparon ninguno.

Otro año de conocer personas que te encienden el fuego ¿cómo poder ocultar el humo? No se puede, ni a mares; a lo inevitable, hay que saberle besar… Un 2013 que tiene su propio peso y su propio vacío. Somos un compendio de cicatrices aunque a veces esas duelen más que las heridas, aunque a veces esas nos dan una razón más para mostrarle a los que nos halagan siendo nuestros enemigos en salir adelante, y que estamos a pesar de tanto. La vida se gasta en cada año, ojalá este que agoniza, muera de felicidad, de copas llenas y de paz a la hora del recuerdo.


Otro año más y es Navidad y es fiesta, te deseo los mejores verbos: reír, cantar, bailar, correr, besar, saltar, amar, abrazar con candados. Decirles a los que están que no sería igual la vida sin ellos, que su presencia es fiesta, aunque no halla. Y cuando hay, que ellos son la música.
Felices fiestas de Navidad y año nuevo, los abrazos y los besos que hagan falta.

Wilfredo Arriola




sábado, 21 de diciembre de 2013

Esperando la lluvia debajo de un poema


Los que esperan la lluvia debajo de un poema.    
Quienes hacen de la tristeza una libertad
que cabe solo en un nombre.
La paz juega a comprometerse adonde no la llaman
por eso estoy tan deforestado
impropio, como el dogma de los desesperados
lleno de ropa del pasado
sin cuerpos, sin manos para quitarlas, simple, llano.
Soy la brújula en el tiempo de nadie.
Otra forma de auxilio crece en la página en blanco
también las letras se crucifican
en el puente de los enamorados.
Algo muere en medio de la frase:
Confieso que te he amado
Si se te da por quebrar las copas.
Hazlo.
Que los faros del olvido encienden
al contrario de quien los necesita.
Riega las flores con vino
toca en el piano, si es posible
La canción de los desesperados
La angustia mueve más que la capacidad
por eso somos un paisaje hecho a manos rotas.
Cuando nos desploman las letras del final de la película 
e inundan la casa de un silencio de voces prestadas
y uno no es uno
sino un impostor en primera persona.
Luego el sax no perdona el lado blando del alma
me toca, nos toca; algo debe de estar herido
porque la sangre y las lágrimas no se equivocan.
De aquí me marcho porque la usura
arremete siempre en  noches de frío malintencionado
y no tengo más que un escudo, un verso, una bandera
y los ojos dilatados del gato que no esta.
Supongo las estaciones de tu piel
como brazas de invierno 
dándole a tu mente el luto de una promesa sin cumplir.
Me resumo, por no contarme en ti
la bastedad solo se encuentra en quienes
conocen la inmensidad de lo preciso.
Por eso, por todo eso
me bastará tu última verdad
aunque recuerda compañera
en el infinito 
lo más 
y lo menos
están 
de más.

Wilfredo Arriola  de  Insomnio: Las horas que marcaron un final.


domingo, 15 de diciembre de 2013

Muestra poética de Luis García Montero



Enlace:   Muestra poética de Luis Garcia Montero 

Muestra poética de Luis García Montero por Wilfredo Arriola


Poemas:

Life vest under your seat
Ropa de calle
Bajo una lluvia de polígono
Tal vez nos vamos de nosotros mismos, pero siempre queda una puerta mal cerrada
El dogmatismo es la prisa de las ideas
Nuevas confesiones
Profecía
Voyeur
El idioma
Madrid
La noche
Completamente viernes
Los automóviles
Cuarentena
Madre
Recuerda que tú existes solo en este poema
Canción asesinato
Canción amarga
La inmortalidad

Luis García Montero (Granada, 4 de diciembre de 1958) es un poeta y crítico literario español, ensayista, profesor de literatura española en la universidad de Granada.  Una de las voces más representativas de España, ganador de múltiples premios (premio nacional de poesía en España, premio Adonáis etc).Su estilo vanguardista se ha destacado por el audaz uso de imágenes y metáforas pretendiendo crear una atmósfera intima con el lector. Busca en su obra el minimalismo, estrechar ese puente de comunicación poética con nuestra intimidad y su palabra que conmueve en cada verso. Montero ha colaborado con artistas emblemáticos, realizando canciones que despuntan de la poesía para entrar a la canción, no como tapadera de una mala poesía sino como una fuente inagotable de autenticas imágenes para poner en evidencia su vena artística dentro del genero, dentro del sentir, donde converge el verdadero significado del arte.

Wilfredo Arriola


pagina oficial de Luis García Montero

http://luisgarciamontero.com/

sábado, 7 de diciembre de 2013

Todo aquello que nos revoluciona la humanidad es poesía (entrevista a Lya Ayala)


 Lya Ayala (San Salvador, 1973), Periodista, escritora, editora, investigadora, docente universitaria, pintora, entre tantos adjetivos que la califican como  una artista inclasificable. Su bagaje cultural da pie a retomar temas de la literatura actual, de la poesía como referencia, genero del cual tiene muchos libros editados como Ventanas en 2010, aparecida en antologías representativas del país y en su archivo personal, ensayos, investigaciones que poco a poco van dando luz en esta sociedad emergente. Puntual en sus respuestas, libre del peso de guardarse lo que quiere decir, recurrente, con fino humor, como se puede retratar un buen escritor. Lya Ayala depura en sus palabras lo que ya está descubierto, pues en su mensaje, su principal característica es develar secretos, contarnos desde su perspectiva como aborda la poesía y las tantas inquietudes que a forma de admiración ha prestado atención en las tantas denominaciones de arte que existen. Amante del cine, buscadora insaciable en su calidad de sensible que posee. Ayala se descubre para dejar en evidencia el lado poético que la acompaña, que si bien es cierto ha dicho en otras entregas periodísticas, mas no ha dejado salir tan metódicas respuestas como en esta ocasión. La poeta y sus facetas, sus hitos y en cada palabra algo de ella, un oficio que solo  los amantes de la literatura pueden ejercer, el oficio de Lya Ayala.

1.      ¿Qué hace a la poesía especial al resto de géneros literarios?

La poesía no es más ni menos especial  que otros géneros literarios. Sucede quizá, y esto lo afirmo desde mi propia experiencia, la poesía busca quién pueda comunicarla mejor, sino sucede así, el propio transmisor o medio, como quieras llamarlo, se aleja por sí mismo. Solo los que resisten se quedan haciendo poesía, porque es un acto de resistencia continuo ante la vida. Como no me gusta hacer drama de las cosas, te diré que El Salvador no es el país exclusivo de las desgracias para ser poeta. Los poetas no son un grupo muy apreciado o valorado, en la Edad Media tal vez los juglares; pero en nuestros tiempos, no es tan divertido ni glamoroso ni particularmente excepcional serlo.
Luego de esta consideración es que afirmo que la poesía es un género que busca a la víctima que deberá, si corre con suerte y valor para seguir toda una vida escribiendo, transmitir un mensaje, una apreciación del momento histórico que le toca vivir, en eso se parece bastante a los historiadores que hacen, a su manera, una combinación entre el relato y la poesía. No le adjudicaría tanta algarabía a la poesía. Cada género dice lo que debe decir desde su propia voz y desde sus circunstancias.


2.      En cuanto al poeta ¿Qué papel tiene en la actualidad?
Primero, quiero comentarte que no considero al poeta un ser excepcional o particularmente especial. Esto hay que saberlo cuando la poesía se convierte en el trabajo diario, en la labor que se realiza año tras año, página tras página. La idea es hacer bien el trabajo, lo mejor posible, como lo haría otro experto en su área.
Entonces, cuando alguien dice que es un poeta debería tener una visión estética de la vida y de sí mismo como comunicador, pero existen carencias serias en este sentido. Es posible que estas carencias limiten la voz del poeta en la actualidad. Por una lado, saber por saber es un desperdicio, me refiero aquel sujeto que no puede reflexionar y actuar frente a esa realidad como observador; por otro lado, hay poetas tan silenciosos frente a su realidad, que es imposible siquiera saber qué ideas tienen más allá de la poesía que leemos de ellos. Entonces,  si el poeta tiene que desempeñar un papel, que sea auténtico con la visión estética e histórica de su trabajo. Lo que sí me parece importante es respetar la opción del poeta: el que quiera gritar, que grite; el que quiera callar, que calle.





3.      ¿Quién avala si alguien es poeta o no?

Pues no lo sé, a lo mejor nadie y todos. Yo no me fijaría tanto en eso.
Casi cualquier persona que mueve a otro a percibir la realidad a entrar en la reflexión o en el goce sería un poeta, luego, son poetas los niños y los paisajes y el odio y el amor…todo aquello que nos revoluciona la humanidad es poesía, porque es contradicción y contracción de lo inmediato y superficial. No le daría tanto crédito a quien gana premios o recibe buenas críticas, menos a quien las asigna y dictamina qué es poesía y qué no. Un poeta debería sospechar de todo eso y considerar y apreciar mejor lo que diga quien le escucha sea uno o sean mil. No me fío de quien opina con certeza qué es poesía, y menos de quién se cree poeta, porque lo digan otros. No creo que Rimbaud haya ganado un juego floral… en fin…tampoco creo que le hubiera importado mucho…

4.      ¿Se encuentra poesía en la música o en otro medio de difusión contemporáneo?

Si el mensaje que se transmite logra algo en quien lo escucha o lo mira, pues, nombrémoslo poesía. “Lograr ese algo” es un acto de encuentros de seres humanos, porque permite la comunicación en reciprocidad.
Fíjate que he leído y escuchado que cuando uno escribe algo; ya no es de uno, sino de quien lo lee, me parece absurdo, porque elaborar un poema, una película, una canción, una pintura, por mencionar estas formas de construcción de mensajes, este acto humano de crear posee dos direcciones: quien lo elabora, sea individual o en grupo, y quien lo recibe. Ese encuentro es lo que nos permite saber que vamos avanzando como sociedad, como seres humanos, es un enramado complejo de comunicar y transmitir historia pasada, presente y futura, y no puedes anular ni al que lo emite ni al que lo recibe, ambos existen para interrelacionarse, para dialogar.
También encuentras esa transmisión en el baile, en el conjunto de la gente que camina por la calle, en la forma que cambian los diseños de los vestidos, en el maquillaje de las mujeres y, recientemente, en los afeites de los hombres, todos esos detalles que suman miles y miles de construcciones simbólicas en la sociedad son, inevitablemente, parte de la poesía.
Esa es la labor del poeta: observarlas con detenimiento. Por eso no asumo que el poeta sea algo excepcional, es un observador fino y acucioso de la historia en la línea del tiempo, por eso debe mimetizarse más que sobreexponerse; porque esa alharaca de decir supuestamente algo “maravilloso”, se desinfla cuando el lector no alcanza a ser sorprendido con la “poesía”, y eso te lo digo desde mi posición como escucha o lectora, uno se siente miserable, timado esperando una tormenta y solo recibe unas gotas, es triste.





5.      ¿Se puede ser feliz y poeta al mismo tiempo?
En general, la gente cree que es feliz, trata de imitar algo parecido a la comodidad física y la relaciona directamente con la felicidad: comer es felicidad, dormir, ver a los hijos, ganar dinero; ve tú a saber, la felicidad es un término muy ambiguo y monótono, no se necesita ser poeta infeliz o feliz para escribir bien o escribir mal. Aunque a los poetas les gusta, les encanta hacer suponer que viven atormentados, en el fondo son buenos actores. En lo particular no me interesa la felicidad, como modo de sobrevivencia emocional ni recurso estilístico, para provocarme un poema. Escribo, eso es lo que hago.


6.      ¿La poesía es sinónimo de sabiduría?
Si la sabiduría la entiendo como reflexión producto de la observación y la interacción humana, sí.

7.      ¿A qué poeta según su criterio es imprescindible leer?
Los que a mí me han resultado imprescindibles, puedo mencionar a Jorge Luis Borges, inicialmente; pero existe muchísima poesía que debe leerse, a veces, con un par basta, te quedas impregnado no sé de qué clase de palabras que jamás regresas a ser el mismo. Me gusta mucho Alejandra Pizarnik, Fernando Pessoa, Rafael Alberti… muchísima poesía. Sin embargo, me gusta más el cine y la música, encuentro poesía ahí. En mí se suma el asombro y el espanto cuando veo cierta película o escucho cierta música, a partir de esta experiencia, comprendo que jamás quise ser poeta, sino directora de cine o músico.

8.      De las palabras en general ¿Cuál es su favorita?
Todas y cada una de ellas son mis favoritas, escribo muchas palabras sobre las palabras.

9.      ¿Para qué se escribe?
Todavía no lo sé, tampoco quiero saberlo nunca, es mejor así o dejaría de hacerlo.

10. ¿Se es poeta solamente cuando se está en el oficio o en todo momento?
Supongo que pasa como un doctor, en todo momento. La diferencia es que si en una isla hubiera un doctor y un poeta y los isleños tuvieran que salvar a uno por el bien de la comunidad y al otro lanzarlo al agua infectada de tiburones, ¿a quién crees que salvarían?

.11¿A qué le apuesta su poesía?  
A las palabras.

12. ¿ Se puede vivir del oficio de poeta?
Depende. Ya te comentaba que es una opción de arriesgarse a asumir esa labor con la certeza de que los poetas son observadores finos y para eso necesitan salud, me refiero salud de ojos, vista saludable que sepa con madurez afrontar la naturaleza humana, que invariablemente busca su autodestrucción. Hay que rescatar de ahí lo que tenga sentido para transmitir efectivamente. Luego, viene la reflexión ¿quién te da trabajo por eso y menos quien te paga por eso? El poeta debería poder vivir de observar el cataclismo y la gloria humanas, pues sí. Ser poeta es un trabajo curioso, porque la gente paga por casi cualquier cosa, menos por un poema.

13.¿El amor es el bastión de la poesía en general?
También la pasión  que es tan potente como el amor para fabricar los poemitas, solo que añadiría es más divertida. El tema del amor en poesía me parece, a veces, bastante soso y rebuscado. Prefiero leer sobre otras cosas, no soy buena observadora del amor, me nubla el escepticismo cuando voy por ese camino, por ejemplo, los poemas de “amor” que escribo, tienden a explicar el amor y cuando eso sucede mejor escribir sobre la pasión que es más concreta. Pero sí, el amor es uno de los grandes temas en literatura y en cualquier soporte que lo aguante, bueno, los seres humanos giran en torno a este tema. A veces saludablemente; otras, enfermizamente (ves que chulas estas palabras, larguísimas).

Un poema - Lya Ayala



esencialmente
“De este modo, el socratismo es una forma
perfeccionada del atontamiento.”
Jacques Rancière

esencialmente los poetas no sirven para nada
las grandes hazañas tienen un cadáver
los poetas no tienen ni siquiera un muerto
uno que mate mirándolo a los ojos
con coraje con humo de odio o amor en la pupila
es lo mismo
con la daga hincándole las entrañas y sonriendo
los poetas no tienen patria no tienen batalla
esencialmente no sirven para nada
no construyen ni arman ni edifican ni curan
esencialmente se miran así mismos
se aboban de su propia sombra
algunos jamás penetran la palabra
porque la palabra existe por sí misma
no los necesita
esencialmente los poetas siempre esperan
la única cosa que saben hacer
esperar un muerto

De Rojas las palabras (2013)



por Wilfredo Arriola