viernes, 1 de noviembre de 2013

Momentos



Hay momentos que nos recuerdan que no hemos nacido.
Quizás en la resonancia del viento
sepamos aprender que este oficio de llamarse vivo
no es sólo gastar la nostalgia en la mirada.
Sino más.
Conocer el espesor de un día que no sabe acabar
aprender a avalar la inquebrantable respuesta de los espejos
de saberse desnudo, desunido, casi disonante.
Si llega y te destruye la ideología, te equivocas: estabas baldío.
La vida solamente es novedad
cuando la ausencia es polvo y avanza hasta desojar este latido,
que sólo responde al trazo de quien nos sabe pintar.
Qué torpeza esta de quererte a puños apretados
como detrás de mí, casi detrás de la palabra “trinchera”.
Porque siempre es difícil hacer una valoración
coherente de lo que nos sorprende, hacerlo con exceso 
desnuda nuestras carencias
decir a tono lento que no hay peor turismo
que el que lidera un ataúd.
Hay momentos que nos recuerdan 
que no hemos nacido
y otros
la deuda de no aprender a vivir. 

Wilfredo Arriola