Te lo dije: no duermo de noche. Invento tu rostro tímido con aliento de invierno.
Te lo dije: sin juicio, ni pena, con el frío intempestivo de la aurora
en mi paño mojado del tormento de tus brazos.
Será tarde cuando me suceda en tus ojos llorados de pena
te buscare en tu canal preferido
te llorare en la nota de la canción que tu siempre quisiste ser
y cantare con tu voz de grito de lobo
me escuchare como delirio.
Es que tú lo sabías, de noche te invento
como tú lo sabes hacer en tus sueños de mujer herida.
Tú lo sabías, tú lo sabías, hasta ese entonces, hasta este entonces.
Te lo dije amor: lo maldije.
Apresura si puedes, lo que no sé pedir todavía...
Wilfredo Arriola