Mi alma no tiene mar
azulada la sangre
yace el verso encapillado
en el matinal traje cívico
que portan los labios del amanecer
sintiendo las carabinas
me sepultan más en el recoveco
de mis velas interinas
los ecos rumoran
el espacio desierto que dejas
mis cejas unidos al desconsuelo
supuran la puritana intención
de apaciguar las turbias aguas de tu indiferencia
Mi alma no tiene mar
de poemas contingentes y otros mares
Wilfredo Arriola
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