Se
marchó. Lleva su piel recorrida
su
trampa de boca
su
exilio en sus piernas
todo
el reloj en su mirada
me
destruyo el paisaje
también
dejo una historia sin sujetos.
Se
marchó,
peligrosa
como el amor
Y
no sé hasta adonde llevará consigo su huida
Yo
acá dudo de mi existencia
me dejo al niño que soy
convertido en un adulto más
terriblemente uno más,
me
dejo el miedo
y
toda esta locura
que
merece más que un poema.
Wilfredo Arriola