Tu lengua es una sílaba. Una palabra
cuando se junta en mi boca.
tu espacio es mi tiempo de estar
mi regadera de cuentos.
Tu trampa, mi decaimiento.
Tu pezón, mirilla de tu pecho.
El sudor, el vino añejo
supervisor en tu cuerpo.
Las letras ¡qué exorcismo!
la cama, rastro de quejas…
Tus medias, mascaras de pasos.
Nosotros,
el cuerpo del poema...
Wilfredo Arriola
2 comentarios:
habitar ese cuerpo ¿de qué depende? saludos
Yo se lo pregunte a ella, y no contesto, dijo que en ocasiones la palabras deben de callar, para que el cuerpo lo resuma...
Un abrazo Carlota, muy fina.
Wilfredo Arriola
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