Me miraba con su cara de ausencia
en una presencia lastimada de risas escondidas.
De risas con traje de tristeza
tanto como la lágrima de una viuda
en la fecha de su primer aniversario
en la banca de los desaparecidos.
Me miraba con su rímel expreso
con su vanidad de espejos vacíos…
Te vas y tu regreso no será
hasta que el calendario olvide
la palabra compromiso.
Entonces nos fugaremos
como tinta de un papel
bajo la lluvia de noviembre.
Seremos impíos, magistrales,
libres tales como aves con camino de mar.
Surcando las autopistas de los aviones.
La luz diluida en el techar
atisbara tu cuerpo unido al mío
fragante como un beso de despedida.
La conversación que aun no terminamos
arderá cuando silentes renunciemos a lo vivido.
Que elocuente callar
entre tanta respuesta sobreentendida…
Wilfredo Arriola
Wilfredo Arriola
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