Tú que has escrito tu nombre en las cosas que no se borrar
que has buscado en las palabras
algo que sigue ardiendo en mi memoria
descubrirte así, es también cosa del destino.
No hay distancia que destruya la parte que has creado en mi
en tu mirada he sabido descifrar cada una de mis dudas
tomar resignación es una causa pública
mostrarme desnudo, viste tu trampa en mi.
No quiero envenenar todo el recuerdo
que me dejaste al borde
de una taza de té.
La vez que andábamos tomados de la mano
hicieron que las calles hablaran de nuestros pasos distraídos
la parte más sincera del verso es cuando nombro
el dolor menos comprendido.
No hay lugar en la carretera donde el silencio rompa
en sabiduría y calle los títulos de la madrugada.
Yo quise ser un beso con carmín prestado
encontrar en los labios la amarga confesión
de un amor negado, la niebla encierra en su frio
todo el misterio de la noche,
ahí la paz son los sueños sin malicia
de todas las vírgenes del barrio
Ahí, el deseo son todas las noches de neón
pagando el cover impuro del usurero
asistir a tu falda pagana requiere el delito
de saber olvidar,
la parte que nunca se ha aprendido
Wilfredo Arriola
enero cinco. de dosmildoce
dos cuarenta y que importa...
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