La lastimada noche descansa en el halito de la mirada.
El tiempo dentro de la marea
es una ola
que canta el sosiego vertiginoso
de la anotomía
de luz.
Una gaviota en pleno vuelo
deja el rastro
como un crayón nervioso
en la hoja del niño cargado de ira.
Voy a huir
lo sé por el pulso de mi puño
negado a escribir el verso que titule
el hambriento néctar
de la soledad devorada
en el desván de la ventana.
La tinaja vacía me recuerda
que nada promete más
dentro de una desinflada voz
sedienta de esperanza.
Voy a partir
y la noche
se reposa en las montañas
de un país que me niega.
Luciérnaga rota
en un bosque de rostros olvidados.
La cartera olvida mis neceseres
así como también la noche
aprende a amanecer sin mí.
Wilfredo Arriola
2 comentarios:
precioso pero triste amigo...
q vuelvan los tiempos de felicidad y sonrisa esbozada...
un besazo...
te espero en mi blog
Sh6y
A veces la tristeza es la mejor de las alegrías.
Por lo menos es sincera, y pasara hacer experiencia, es decir algo que enriquecerá nuestra vida. En cambio en la alegría, hay algo de falsedad, hay algo de sensaciones prestadas. Prefiero la paz.
Siempre es grato verte en mi blog, gracias a ti y esas ganas que te mueven.
Pronto visitare tu blog,
P.D. Gracias por el premio, lo llevo dentro de mi, para siempre.
Te mando la mitad de un abrazo y con la mitad tuya, se formara esta gratitud y amistad que hemos compuesto, las letras lo saben más que todo.
Wilfredo Arriola
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