Julio Iraheta Santos (El Salvador. San, Salvador 1939) oriundo
de Santa Tecla, emisario de la palabra y hombre con estampa vertical, poeta,
descubridor del sensible paso del tiempo, miembro fundador de uno de los más
prestigiosos grupos literarios del país “Piedra y Siglo” ganador de certámenes
nacionales e internacionales, referencia intelectual y literaria para las presentes
generaciones de la región, colaborador activo de prestigiosos medios de
difusión artística y social. Julio, su nombre, que le recuerda su esencia y un poco más. Autor de múltiples obras
literarias, unas bajo su silencio y otras en la eternidad de los ojos de
quienes una vez han tenido el placer de leerlo. Su tono vanguardista es una
mezcla que devela secretos, donde se muestra, donde impela su vena poética.
Esta vez atendió al llamado gentil de mostrar el lado humanístico que guarda
celosamente, en una íntima conversación, abordo temas literarios, personales, y
su tesón irrevocable que lo define como una de las leyendas vivas que nuestro
país aún posee. Julio o tres veces Julio o tres veces poeta: “He aquí tu árbol
/he aquí que lo arranco de raíz / y lo siembro en el llanto de tus ojos / he
aquí que recojo pájaros de ardiente pluma / y lo sepulto en tu piel / yo sé que
si me vena cae/tú serás el arroyo generoso que la llave al mar.” En su
sinceridad de humano y versificador respondió:
1-
¿Qué clase de hombre es un poeta?
El
poeta es un hombre como los demás mortales que trae su propia estructura genética, en este caso una estructura que lo
hace ser poeta de nacimiento, y al llegar a la edad de la expresión verbal y
por medio de la educación, a la escrita, hablará poesía y escribirá poesía.
Por
supuesto, escribir poesía de una manera aceptable, en algunos o muchos casos de
poetas, conllevará toda una formación de carácter estético, estilístico,
literario, poético, gramatical, preceptivo, etc. Esto resume lo tantas veces dicho que el poeta
nace y se hace.
Pero
el poeta es un ser cuya personalidad, como sucede con los seres humanos en
general, tiene una conciencia social, cultural y política determinada por el
medio, a lo cual el responderá de una manera catártica a favor o en contra.
Esto
se puede ver a través de la historia, cómo ha sido la actitud de los poetas,
escritores y artistas ante su realidad al expresarse artísticamente. Y aunque
la pregunta no va en un sentido genérico, al usar la palabra “hombre”, lo aquí
dicho es válido, también, para la mujer poeta, escritora y artista.
Entonces,
para responder a la pregunta, ¿qué clase de hombre es un poeta? Debe
responderse a partir de una base biosicosocial. Es anticientífico dar una
respuesta sustentada en lo metafísico, lo esotérico, lo espiritualista y lo
mágico. Y si alguna vez, el poeta chileno, Vicente Huidobro dijo en su Arte
Poética que “El poeta es un pequeño Dios”, se refería a la facultad artística
del poeta de crear por medio de la palabra. Él no dijo en su poema ninguna
definición religiosa, aunque en su libertad de poeta creacionista podía darle
también esa connotación.
2-
Cuando uno dice Piedra y Siglo ¿Qué sensaciones recibe?
Lo
primero es recordar cuando llegué a la UES a los cafetines de Humanidades y me
presentaron a los compañeros poetas, los que tuvieron una permanencia efímera
en el Grupo, los ahora fallecidos y los que hemos quedado.
A mí
me llevó el poeta Jorge Campos que era empleado de la biblioteca de la Facultad
de Economía, si no me falla la memoria. Me sorprendió saber que Jorge era un
poeta que residía en Santa Tecla como yo, y que además éramos parientes
políticos por medio de un primo hermano de mi padre y familiar del papá de
Jorge. Los apellidos del tío eran Campos Iraheta.
Para
ese entonces ya sentía la presión del aislamiento, a pesar de que en los páginas
culturales de los periódicos del país no era un poeta desconocido. Dos
matutinos y dos vespertinos. En el Latino publiqué mi primer poema en 1962,
dedicado a un compañero barbero que se suicidó.
Antes
publiqué poemas sencillos en páginas dedicadas a la población infantil, en un
matutino, entre ellas una dirigida por el poeta Antonio Gamero. Ya en la mitad
de la década del 60 tenía alguna presencia en los medios escritos, debido a que
a esas alturas ya había obtenido algunos premios secundarios en certámenes
regionales de Centroamérica y panamá, y primeros lugares a nivel nacional,
aunque después, para bien o para mal me retiré de esas lides.
También
Ovidio Villafuerte ya había ganado un primer lugar en Guatemala y un segundo
lugar en los Juegos Florales celebrados por los cien años de existencia de la
ciudad de Sensuntepeque, los cuales tuvieron un jurado de lujo: Salarrué e
Ítalo López Vallecillos. Hubo un tercero jurado cuyo nombre no recuerdo. En
esos Juegos Florales, también, compartieron reconocimientos, tercer lugar, René
Medina López, José Roberto Cea con mención honorífica, y mi persona primer
lugar.
Había ya
una presencia en los medios escritos. La Tribuna Libre, ahora El Mundo, dirigida por el poeta Pedro Geoffroy Rivas
sacaba en primera plana como noticia relevante los triunfos de los poetas,
escritores y artistas salvadoreños en Guatemala. Recuerdo las fotografías de
Claudia Lars, Álvaro Menen Desleal, Rafael Góchez Sosa, José Roberto Cea,
Sermeño y la mía ahí todos juntos en primera plana. Don Pedro me publicaba en
las páginas culturales de dicho medio con bastante periodicidad.
Señalo
lo anterior, porque lo que me motivó a ser parte del Grupo Litrario Piedra y
Siglo fue el aislamiento cultural que percibía y el ser invisible para algunos
sectores de colegas poetas y escritores. Había como una especie de mezquindad
en el medio. Uno de los poetas de esa época que me extendió la mano solidaria
fue Roberto Armijo.
Siempre
estaré agradecido con Jorge, mi hermano poeta y primo político, por haberme
llevado a nacer como Grupo Literario con los compañeros de Piedra y Siglo. Con
Jorge también fuimos compañeros de militancia política. Tuvimos ingreso oficial
al PC en la casa de su residencia un domingo por la tarde que Alianza le ganó
al Santos del Brasil. Me refiero a este hecho deportivo como un recurso
nemotécnico.
De
Piedra y Siglo fuimos cuatro los que oficialmente pertenecimos al PC, en la
época de Raúl Castellanos, Salvador Cayetano Carpio y Schafik Hándal. Fue en
los años de la gran luz de la revolución cubana. Todos los poetas del Grupo
literario Piedra y Siglo sufrimos muy emotivamente el asesinato del Che Guevara.
Esa luz todavía nos mantiene en la brecha de una u otra manera a todos los
miembros vivos del Grupo.
De los
integrantes del PC el primero que sufrió cárcel y vejámenes por sus ideas
revolucionarias fue Ovidio, el segundo fui yo, secuestro y con estadía cruel en
los sótanos del “palacio negro”, y Jorge, con las consecuencias ya conocidas,
de la pérdida de sus facultades racionales y creativas a manos de los cuerpos
represivos. José María Cuéllar murió en una situación sospechosa. Chema y
Ricardo perdieron hijos durante la guerra. Una hija de Ricardo fue desaparecida
por los escuadrones de la muerte. De los otros compañeros Rafael se fue al
exilio a Panamá, Uriel se fue a México.
De los que nos quedamos tuvimos que vivir prácticamente en el exilio interior. “Como
agujas en un pajar”, como dice Manlio Argueta en una entrevista hecha por David
Hernández y publicada en Alemania, al referirse a los escritores y poetas de
izquierda, después de su generación, que nos quedamos en el país durante la
guerra.
Con
respecto al presente entre las sensaciones hay de agradecimiento con aquellas
personas, entidades culturales y políticas que han contribuido solidariamente a
mantener la presencia del Grupo Literario Piedra y Siglo en el medio, tales
como los compañeros y compañeras de Fundación Metáfora y su coordinador Otoniel
Guevara, Luis Alvarenga por medio de la revista Cultura, el doctor Ricardo
Roque Baldovino por su panorámica de Piedra y Siglo en la antología recién
presentada, La Facultad de Ciencias y
Humanidades de la Universidad de El Salvador, La Secretaría Nacional de Arte y
Cultura del FMLN, bajo la responsabilidad de Lorena Peña y su equipo de trabajo,
que nos ha dado un reconocimiento importantísimo con la publicación, promoción
y divulgación de la antología de Piedra y Siglo, Heriberto Montano que nos dio
su reconocimiento y abrazo solidario en acto público en la UES, unos días antes
de su fallecimiento, Nora Méndez, esa gran poeta multifacética que nació con
las siete cuerdas de la lira del arte, y ha sido “Clara” y desafiante, para
guardarnos del polvo denso de la
marginación con sus palabras llenas de fulminantes certeros, Francisco Morales
Santos, ese gran hermano y poeta guatemalteco, que siempre ha cuidado los vasos
comunicantes del Grupo Signo Nuevo y Piedra y Siglo desde los días subterráneos
en su país y el nuestro hasta ahora. El grupo Nuevo Signo perdió a uno de sus
pilares, el poeta Roberto Obregón, capturado por los cuerpos represivos de El
Salvador en la frontera Las Chinamas, cuando venía a coordinar labores
culturales con Piedra y Siglo. Fue asesinado y su cuerpo no fue encontrado. También,
ha sido relevante en el hecho de mantener la presencia de Piedra y Siglo en el
medio, Tres Mil y su actual coordinador Mauricio Vallejo-Márquez, La Fragua,
Danny Portillo y los compañeros y compañeras de la Editorial Cabuda Cartonera
de El Salvador, grandes altruistas culturales con nosotros.
3- ¿Se
ha arrepentido alguna vez de escribir algo?
Más
que de haberlo escrito, es de haberlo escrito y publicado. Este
arrepentimiento
obedece a un artículo, una reflexión con síntomas de ensayo, una composición
literaria o alguna idea en laque no expliqué bien o di un dato incompleto que
pueda dar lugar a una interpretación equivocada del texto, por algún verso que no
me satisfizo en lo personal, por algún error sintáctico u ortográfico demasiado
evidente.
Soy
muy perfeccionista y exigente conmigo mismo, lo que me ha llevado a no respetar
el casi dogma de que lo publicado ya no se puede tocar, para cambiarlo todo o alguna
parte y volverlo a publicar. Debido a ese conflicto muy personal, en cierta
ocasión escribí un poema muy sintético que dice: “No importa lo que me dicen
las palabras/ sino lo que yo les digo a ellas”.
4- ¿La
poesía también se moderniza?
El
lenguaje es un producto social y conforme la sociedad cambia, también el
lenguaje cambia, aunque a veces no con la prisa que se esperaría.
Si
consideramos que el medio por el cual la poesía se expresa es el lenguaje, ya
sea hablado o escrito, y si éste tiende a cambiar, porque la sociedad cambia, entonces la poesía
que es lenguaje también cambia.
Generalmente,
cuando se habla de modernizar, se tiene la idea de algo que cambia de cualidad
y forma, sólo de cualidad o sólo de forma. Esto es aplicable al lenguaje
poético o poesía, y dependerá de la
capacidad, sensibilidad y lucidez del poeta para modernizar su lenguaje
poético. Atenidos a esto podemos afirmar que la poesía sí se moderniza, y por
supuesto que hay otras rutas para dar otras respuestas a la pregunta.
5- ¿La
literatura es una catequesis? ¿Qué enseña si lo es?
Las
dos preguntas van ligadas, y la segunda infiere que la respuesta a la primer
pregunta será afirmativa. Si seguimos la inferencia y la aplicamos a los
creadores de literatura, ésta, en un sentido general, es una catequesis, ya que
todo poeta y escritor tiene un universo de opiniones o ideas de carácter
político, filosófico, religioso o no religioso, etc., y de alguna manera este universo
estará presente en el texto literario de su producción, de una manera directa o
indirecta, tácito o expreso que será comunicado a un receptor que reaccionará
aceptándolo o rechazándolo.
En un
sentido específico la literatura se vuelve catequética, cuando lleva la
intención de comunicar una creencia de carácter religioso, político, etc. En
estos casos se vuelve instructiva y doctrinal. Recuérdese la obra poética de
los poetas místicos de los diferentes istmos religiosos de esta era, o más
atrás en el tiempo a Tirteo, poeta griego del siglo VII antes de esta era, que
hizo de su poesía un instrumento de educación en valores cívicos a la juventud
de su época.
También,
en más de algún poeta salvadoreño, y en algunas de sus obras, podemos encontrar
esta tendencia catequética expresada de una manera sobresaliente.
El
hecho de que el material que el artista literario usa para expresarse
artísticamente son las palabras, por medio de las cuales nos presenta la realidad de una manera
transfigurada, no elimina el universo antes referido, y aunque esta
transfiguración quede enmarcada en el arte por el arte, un análisis contextualizado
agudo y minucioso revelará el mundo ideológico del creador literario, su manera
de ver e interpretar la realidad en sus diferentes facetas.
6- La
muerte visto desde un poema, ¿es igual de triste o le da belleza?
Tremenda
pregunta en mi caso personal, porque tuve la experiencia dolorosa, todavía
presente en mí, de haber perdido mi segundo hijo, Nemile Tekij, de treinta y
cuatro años de edad.
Un mes
de julio del año dos mil falleció de un infarto masivo al corazón, como a la
una de la madrugada, mientras miraba las ultimas noticias de la media noche de
una canal local. Caía una lluvia leve, y no había manera de obtener primeros auxilios. Me miró por última vez,
mientras su esposa y su madre le daban respiración boca a boca, ante la mirada
curiosa y asombrada de su hijita de dos años, quien parada y agarrada de la
baranda de la cuna observaba la escena.
Murió en
el mismo mes de julio cuando nació, 1966, casi a las doce de la noche, mientras
caía una lluvia leve, y de remate su padre, que soy yo, lleva el nombre
doloroso de Julio. Por eso los poemas sangrantes que escribí con motivo de su
muerte están agrupados en un libro inédito que se titula: “Tres veces Julio o
dos elegías para Nemile Tekij”, que haré hasta lo imposible por `publicarlo
durante el año 2014. No lo he podido hacer antes. Estoy en deuda con la memoria
de mi hijo.
Cuando
releo esos poemas tengo las dos experiencias, primero haber sufrido en carne
propia la experiencia de haber perdido un hijo, y segundo, mirar su muerte
desde mi poesía, donde el dolor está presente y se activa profundamente cuando
leo sus versos, y al mismo tiempo, de
una manera sublime y bella, hago presentes los
momentos de camaradería que mis otros hijos y mi esposa vivimos con él,
y algunas circunstancias personales que compartimos como padre e hijo.
En mi
caso, desde mis poemas luctuosos, considero que la muerte es triste, pero al
mismo tiempo hay belleza, cuando la trascendemos por medio de la palabra
poética, y mantenemos viva la memoria de nuestros seres queridos. Al fin y al
cabo somos seres dialécticos en nuestra propia existencia. El sí de la vida se
contrapone con el no de la muerte en nosotros, desde que somos engendrados y
concebidos, desde que somos dados a luz y nacemos en este mundo signados por la
verdad objetiva que un médico siquiatra brasileño, cuyo nombre no recuerdo,
expresa: “Un niño cuando nace, ya es lo suficientemente viejo para morir.”
7- ¿A
qué poeta extraña más de sus referencias en la literatura?
Esta
pregunta no la tengo clara, ya que la palabra “extraña”, según la entiendo yo
está ligada a la ausencia de algo o de alguien. Y si se me dice: “extraña más
de sus referencias en la literatura.”, entonces me quedo más desorientado que una
persona víctima en sus neuronas de lagunas mentales. No me funcionan los
engramas.
Pero
si tomo la palabra “extraña” en el sentido de ignorar, de desechar, de no tomar
en cuenta en mis referencias literarias a algún poeta, esto estará determinado
por aquellos que no “extraño”, y cuya palabra poética me gustó más que la de
otros . Me refiero a los leídos.
Para
ser más breve en mi respuesta, sólo me referiré a los poetas que más me
impresionaron en mis primeras lecturas de poeta, y que por contraposición
fueron y son los menos extrañados en mis referentes literarios: César Vallejo,
Pablo de Rokha, Vicente Huidobro, Antonio Machado, León Felipe, etc.
8- ¿La palabra juventud es un estado o una forma de mirar la vida?
Si se toma el cronos con que se mide la edad
de los seres humanos, enmarcado en un espacio, podemos referirnos a la juventud
como una etapa en la vida humana. Además lo biológico y sicológico dan
testimonio de esto. Visto así, la juventud es un estado, un estar transitorio
de la existencia: “Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te
vas para no volver!” , nos dice Rubén Darío en su poema Canción de otoño en
primavera.
Cuando hablamos de tercera juventud o última juventud, realmente lo que hacemos es usar eufemismos que tienen la finalidad de suavizar una realidad: el ser humano envejece.
Cuando hablamos de tercera juventud o última juventud, realmente lo que hacemos es usar eufemismos que tienen la finalidad de suavizar una realidad: el ser humano envejece.
Cuando
decimos que la juventud es una manera de mirar la vida, nos referimos a la
visión que se tiene de la realidad, y
apunta a la renovación de criterios y elementos que permitan estar actualizados
o en avanzada con relación a ella y la posición que asumimos al respecto.
Es recomendable
que una persona que ya está vieja, se mantenga siempre joven, y alineada con
valores solidarios que le permitan caminar hacia la utopía objetivamente
posible de un mejor futuro para los humanos.
9- ¿Le
ha tenido miedo a algo en la vida?
Sí. A enfermedades
incurables como el cáncer, a la muerte “antes de tiempo”, a perder un hijo, a
que me abandone mi mujer. Todavía está latente en mí el miedo a la persecución
política. Miedo a no poder publicar y divulgar toda o la mayor parte de mi obra
literaria. Miedo a viajar en avión, le tengo terror a las turbulencias
extremas. Soy un manojo de miedos y temores. ¡Qué chasco de ejemplo!
10-
Antonio Gala dice: “El amor es una amistad con momentos eróticos.” ¿Usted está
de acuerdo con eso?
Este importante
poeta y escritor multifacético de España tuvo perfiles en su vida, que de
alguna manera subyacen en él, como sus experiencias de asceta y de bohemio. Si
reflexionamos en el hecho sicológico, de que el ascetismo por ser represivo tiene
en sí la contraparte de la satisfacción exagerada de los deseos naturales,
podríamos intentar hallar alguna causa por la cual el poeta llega a esa
afirmación, qué prevaleció más para expresarse así: “El amor es una amistad con
momentos eróticos.”
Dentro
de esa definición del amor erótico, que hace el escritor como una amistad con
momentos eróticos, hay que definir además qué es la amistad, qué concepto de
amistad tiene el escritor. Visto así donde prevalece lo erótico, la afirmación
tiene sentido.
Para
ponerle más vuelo a esta pequeña reflexión de la sostenibilidad de la
afirmación de Antonio Gala, transcribo los siguientes versos tomados de un
poema de su libro Poemas de amor de
1997, donde parece salirse de la afirmación aquí tratada:
“No la amo
porque sus labios sean dulces, ni brillantes sus ojos, ni sus párpados
suaves. /No la amo porque entre sus dedos
salte mi gozo y juegue como juegan los días con la esperanza. /No la amo
porque al mirarla sienta en la garganta el agua y al mismo tiempo una sed
insaciable. /La amo sencillamente porque no
puedo hacer otra cosa que amarla. /Si yo
pudiera mandar en mi amor, quizá no la querría. /Pero a tanto
no llega mi poder….”
11- ¿Qué
busca su razón al final de un poema?
Que deje una
satisfacción estética y un mensaje aceptable en el lector, así como me ha
satisfecho a mí y me ha confirmado las ideas que puse en él.
12- De sus
libros publicados o inéditos ¿hay alguno que le guarda un cariño especial?
Esta
pregunta plantea un dilema para mí, porque algunos de ellos, publicados o
inéditos, son especiales para mí. No podría singularizar, me sentiría mal,
pienso que cometería una crueldad. Lo que sí puedo decir es que mis
preferencias las tienen mis libros o poemarios que nunca participaron en
certámenes literarios. Es posible que alguno de los inéditos lo envíe a algún
certamen, y ya sea que obtenga algún reconocimiento o no, lo seguiré estimando.
13- ¿De qué infierno se recuerda más señor
Iraheta?
Tengo
problemas con las palabras. Por ejemplo,
la palabra infierno, por las diferentes connotaciones. Pero como la
pregunta habla de recuerdos, entonces se
trata de los infiernos que tienen que ver con mis sufrimientos
personales. Hay un infierno que es sobre todos los infiernos hasta ahora y es
el impacto que me causó la muerte de mi hijo y las secuelas que quedaron. A mi
sufrimiento, también se agregaron los sufrimientos de mi esposa como madre,
él de la
viuda y mis nietas huérfanas, y el de mis otros tres hijos que perdieron a su
hermano. Eran muy unidos.
14- ¿Qué le
ha dado más orgullo en la vida?
Mi orgullo
en un sentido sano y positivo es más de carácter existencial que de logros
externos. No soy muy dado a poner en un pedestal pequeños o grandes éxitos. Me
siento orgulloso de mi esposa, mis hijos, mis nietas y nietos, de mis
limitadísimos amigos y de mis compañeros de Piedra y Siglo.
TENGO
UNA NORIA
Llenos
de infiernos los cielos se desvelan
y no
hay vigilia para hablar con ángeles
o con
locos como yo que todavía
son de
la clientela de los burdeles de Ur
que
fornican con bailarinas
de
ombligos adornados con zafiros
Una
orgía sustenta mi memoria
prostibularia
luz que me enajena
porque
es el lado precoz
de mis
instintos de infancia
descubiertos
en la prima
acechada
por mis dedos
No
tengo corazón
Tengo
una noria
que
las imágenes de mujeres
sumerge
en la corriente de los sueños
donde
bebo fantasías
De mi
agenda han sido
desterrados
los siquiátricos
No
necesito una gragea
para
calmar estas euforias
Después
vendrá la calma
¡Buena
estrategia!
21-5-2012
Julio Iraheta Santos
Entrevista realizada por Wilfredo Arriola, publicada en el suplemento 3000 del diario Co Latino el 11 de enero de 2014
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