sábado, 19 de julio de 2014

Y llegaron los escritores


Sabato tenía razón en que “siempre es levemente siniestro volver a los lugares que han sido testigos de un instante de perfección” Luis Mora, en esa misma devoción de lo perdido argumentaba: “Se derrumbó la noche aquella tarde. Y nosotros no estábamos en los ojos de nadie” Para continuar en su clara osadía del dolor, seguían llegando escritores para dar su cuota de legitimidad. Balzac sentencio, en tono desahogado y sublime: “cada mujer de la que te enamoras es una novela menos que escribes» Otro poeta ante lo sucedido y con el rostro un poco conmovido dijo: “Libertad, no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofríos”. Cernuda siempre lo ha sabido… Esa misma gente, de la que hablas es la misma, de la que siempre hablo yo “Esa gente hermosa que camina sin esquivar la lluvia” Los caminos, tantos caminos dijo Bolaños, como “El camino de los perros, ahí donde no quiere ir nadie. Un camino que sólo lo recorren los poetas. Cuando ya no les queda nada por hacer…

En defensa claro a lo sucedido Los Sufis entre la voz cabizbaja y el suelo como único forma de paraíso replicaron: “Lo único que es tuyo es aquello que no puedes perder en un naufragio” Ovidio reacciono “El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas más tranquilas”. Confucio delibero ante tanta nostalgia quizás: “Antes de salir a tomar venganza cava dos tumbas”. Lichtenberg  llego empático, adueñándose de cada frase, para mostrar un poco de lo suyo, la basto una para tratar de abonar a la causa, si es que era posible. “Se ahoga más gente en un vaso de agua que en los ríos”. Todos ahí, unos más entregados que otros, otros volviendo al tema que mejor les pareciese. Tao te Ching desde su esquina sereno, dando golpes con su pluma en la mano, con su simbología agrego: “Un hombre sin espíritu es como un poso en lodo, nadie quiere beber de él” Muchos se acordaron de tantas comparaciones, por la falta de moral de principios del hombre. Parecía ya un laberinto, como dijo Bertolt Brecht: “Las grandes revoluciones siempre empiezan en un callejón sin salida”. Porque “La franqueza siempre es otra forma de crueldad” también lo dijo otro poeta.

“Que dignidad más asombrosa la del derrotado que no se vuelve cínico” Y así muchos poetas también llegaron a la justa a decir con sus palabras algo que conmoviera la situación, la misma historia, unos tristes, escribiendo: “Triste es morir un día antes del fin del mundo” Tanto como decir: “Se puede fabricar un dios con todo lo que te quise”. Depende,  dijo otro porque “Hay dos tipos de personas: las que buscan a alguien para poder ser ellas mismas y las que buscan a alguien con quien poder dejar de serlo” Era demasiado en tan poco espacio para poder digerir tanto: Vino otro con tono revolucionario y casi gritado, se pronunció: “Nada más íntimo que el dolor, aunque recuerden los juicios malversan identidades”. Uno con tono más suave con la sabiduría del caso, y sin invitar a la fiesta dijo. No necesito invitación porque los poetas son ciudadanos del mundo, sólo diré: “Que en ocasiones hay que pagar un alto precio por lo que no te ha costado nada.” Y estos mismos cuestionaban a los que no habían llegado: “El silencio de los que callan sin guardar secretos no tienen que ver con la sinceridad, sino con el miedo”. Era una fiesta de las letras, de dar puntadas por todos lados, no sabías adonde llegar, adonde quedarte para parecer certero con tus acciones, porque “Hay libertades que sólo alcanzan a vivir en el borde de la catástrofe” Muchos escritores, muchos poetas y una sola vida. Tantas vidas para poder vivir todo. De los labios de un hombre de pelo cano se alcanzó a escuchar al fondo: “Si murmurar la verdad aún puede ser la justicia de los débiles, la calumnia no puede ser otra cosa que la vergüenza de los cobardes” Vaya ser testigo de todo esto, entre risas uno sentencio: “En este mundo todo cambia muy rápido para que alguien pueda tener una segunda oportunidad” Así como los poemas siempre se leen por última vez, cada vez. Y siguieron llegando escritores…



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